Psicología del mujeriego
31 de agosto de 2017
Referencia:Dr. Alexandro Aguirre Reyes Publicado el 9/16/2014
https://alex-psicoclinica.blogspot.mx/2014/09/psicologia-del-mujeriego.html
El seductor “finge y miente para seducir: tiene la capacidad de decir lo que ellas quieren escuchar”. Pero generalmente terminan recibiendo el peor de los castigos: “el odio de una mujer, por la sensación de haber sido estafada”. Muchas veces el mujeriego es víctima de una mujer que jugó con su corazón. La preponderancia en la emisión de mentiras del hombre mujeriego a veces esconde trastornos psicológicos muy importantes
El mujeriego a veces nace de una madre dominante y castradora. Muchas veces histérica. No es inusual que el mujeriego tenga una relación de dependencia emocional con su madre. La figura paterna es determinante en los aspectos emocionales del mujeriego. A veces por asociación y otras por rechazo. Reconocer a un mujeriego pasa por la velocidad con que pide tener sexo. Se dice que el hombre mujeriego nace de la cultura machista. Muchísimas veces la madre para evitar que su hijo sea gay, inculca el patrón. Se conoce que un número importante de hijos maltratados por la madre, desarrollan un patrón de hombre mujeriego. Existe una gran población de hombres mujeriegos tiene dificultades severas en reconocer su homosexualidad encubierta. A veces las experiencias tempranas en la sexualidad y el trauma que puede con llevar a ser así. Estos hombres buscan constantemente a su madre en otras mujeres que en alguna etapa de su infancia lo rechazo o los abandono y tienen la necesidad de ser aceptados.
Sus rasgos característicos son los siguientes:
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Se sienten adictamente atraídos por el sexo femenino. Necesitan camaradería sexual permanente, en caso contrario son tendentes a la depresión y/o ansiedad.
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Por prolongadas o intensas que sean sus relaciones tienen el regusto de la fugacidad e improvisación. Para estos hombres no hay pérdida insoportable ni mujer irreemplazable.
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En las relaciones prolongadas, matrimonio o noviazgo, son infieles, generalmente.
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Sus relaciones con mujeres empiezan rápidamente, con una atracción física instantánea. No hay espacio entre el deseo y su satisfacción.
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Los Casanova evitan los afectos más profundos; si la relación con la amante de turno adquiere un tinte más serio suelen huir de la misma.
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Inconscientemente clasifican a las mujeres de "buenas o malas", "vírgenes o putas".
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Están muy predispuestos al alcoholismo, la drogadicción y otros desórdenes obsesivo-compulsivos.
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Tratan a las mujeres como una propiedad y al sexo como un objeto de consumo.
La seducción suele perseguir una "escalada sexual" que consiste en una serie de concesiones logradas mediante el encanto y la habilidad. Normalmente el primer contacto sexual consiste en una cópula normal,o precoz, a continuación desearán el sexo oral, anal e incluso el sexo con parejas múltiples.
Estas características del Casanova se deben considerar con la cautela debida. Al igual que los síntomas de una enfermedad un síntoma aislado no tiene especial significación pero si se dan varios y de forma persistente se debe considerar como algo patológico, un desorden de los sentimientos caracterizado por la compulsiva persecución de las mujeres:El complejo de Casanova. El hombre Casanova habla de sus conductas, y de las mujeres, en términos de intercambio: "Me dan lo que necesito y yo les doy lo que necesitan".
Sea cual sea la edad cronológica o el estatus que ocupa el hombre "buscador de emociones" no puede vivir sin novedad y excitación. Es por ello que cuando descubre a una mujer que le resulta atractiva comienza su estrategia de juego y habilidad para conseguir el trofeo ansiado, sus pasos son meticulosamente calculados, lo que requiere concentración y autocontrol. La adulación se convierte en un arte a cultivar y hacen de la seducción toda una ciencia reemplazando el romanticismo con la técnica y la pasión con la precisión.
Los mujeriegos son tremendamente calculadores, persistentes, encantadores e inteligentes. Tienen que llevar el control de la relación en todos sus detalles. También sienten un deseo narcisista de “dispersar su semilla” dejar su huella en la mayor cantidad de mujeres posible. “Coleccionan mujeres, como antiguos guerreros, como medallas o trofeos de guerra”,
Los seductores buscan mujeres más jóvenes que no tengan su experiencia ni su inteligencia: “Mujeres con las que se pueden sentir superiores y admirados”. Cada nueva conquista se realiza motivada inconscientemente por una necesidad de reafirmar la masculinidad.
“Y por eso, vengativamente, con voracidad desenfrenada, este conquistador come mujeres, las devora, las destruye”. Para ellos el riesgo del abandono está siempre allí, pero ellos suelen adelantarse abandonando primero. La infidelidad es su carta bajo la manga, es decir, tener a la mano otra mujer en caso de ser rechazados.
“El mujeriego sufre una enfermedad psicológica, un profundo trastorno en sus vínculos tempranos que le hace temer al compromiso y al abandono hasta niveles de pánico”. Las mujeres se enganchan con este Don Juan por ser un gran seductor irresistible para ellas, uno que promete y muestra algo que no tiene y que todas quieren comprar. “El histérico es emocionalmente inmaduro, dramatiza todo el tiempo, tiene una actitud histriónica, atrapa al otro dentro de su trama, siempre que el otro se enganche”.
El mujeriego es un neurótico, que intenta encontrar, reproducir a su madre en todas las mujeres que encuentra, por supuesto fallidamente se retira compulsivamente de cada una de ellas ante la decepción inconsciente de no encontrarla o ante el miedo a encontrarla y enfrentarse a la ley del padre. Los hombres mujeriegos son personas que basan sus relaciones sentimentales en el egoísmo y en la búsqueda del placer. Los mujeriegos tienden a ser personas asertivas externamente, lo que es parte de su atractivo para las mujeres, pero con grandes miedos e inseguridades en su interior. Suelen ser encantadores al principio de la relación pues han refinado el arte de las relaciones superficiales. Personas que no tienen que vivir el sufrimiento de estar envueltas sentimentalmente con ellos los suelen ver de una forma positiva. Tienden a ser también personas dominantes hacia sus parejas, pues a pesar de que las hieren constantemente tampoco las quieren dejar ir. El patrón infantil del hombre mujeriego es la recreación del deseo de tener todo lo que pide. El rasgo psicopático en el mujeriego se puede descubrir en su total ausencia de culpa. Lo que siente es miedo a que lo descubran, no culpa.
Es estadísticamente probado que el hombre mujeriego es generalmente eyaculador precoz. Las razones pasan por ansiedad y depresión.
Quien necesita varias parejas (más allá que sea hombre o mujer) esconde el gran vacío de por un lado ser fugitivo de sí mismo, porque es inestable emocionalmente y no puede comprometerse con nadie ni siquiera consigo mismo y por el otro tapona el mismo vacío de brazo en brazo de otra persona. El vacío está tapado con el emblema de ser el poseedor del falo, un ser completo sin castración, intachable.
Quien está con muchas/os está muy solo, no está en realidad con nadie y de esto da cuenta el famoso Don Juan que tras la fachada de eterno mujeriego, ganador, oculta un solitario y eterno inmaduro que no puede sostener un vínculo afectivo estable.
El daño que en apariencia parece provocar a las demás en realidad es hacia sí mismo y hacia la figura materna donde cada mujer es colocada y de ahí que escapa a la misma por la connotación incestuosa. Por eso necesita separar la corriente afectiva amorosa de la sexual y cuanto más se enamora menos puede. Estar con muchas le sirve de excusa perfecta para no ser de nadie.
Muchas veces su intención no es dañar a esa mujer sino a esa primitiva madre infantil que lo ha marcado en esa posición de nene e inmaduro eterno, siempre ocupando ese lugar de hijo con las mujeres a las cuales ama y odia (ambivalencia afectiva) y de las cuales termina escapando e hiriendo en su incesante búsqueda de amor.
Cuando una mujer lo rechaza le toca ese punto de dolor que no soporta, ese ego herido que él no permite ni quiere mostrarse tan vulnerable y ahí aparece la bronca y la impotencia al descubierto. El tema de la triangulación remite otra vez al triángulo primario edipico: padre-madre-hijo y al lugar de rivalidad o competencia por el amor de esa madre.
Las mujeres si repiten este tipo de modelo es porque se intentan poner en un lugar de salvadoras, de madres que van a dar todo a ese hijo para que se quede con ellas y esto cae en la decepción cuando toman conciencia que ocupar ese lugar los hará escapar más rápido que ligero. Luego queda el vacío, la herida abierta y la desolación de no entender en qué se ha fallado.
El Casanova actual es el "eterno mujeriego", insaciable e irresistible, es un galán persistente. Su poligamia es un reflejo de la tendencia innata del macho a dispersar su semilla tanto como le sea posible, es por ello que rara vez utilizan palabras como"engaño" o "infidelidad" para describir su conducta; al contrario consideran que ésta es una expresión honesta de su naturaleza, a la que sólo las mujeres más tontas o mezquinas pueden poner objeciones. El sexo para el Casanova no tiene nada que ver con el amor, es un vehículo, un medio para alcanzar el sentimiento de plenitud e integridad del que, probablemente, carece. Las mujeres son objetos deseables, trofeos conseguidos en función de sus habilidades. Al principio cada una entraña un nuevo misterio, un desafío y, como tal, se entrega a desvelar el misterio de afrontar el desafío, pero cuando se descubre el misterio se desvanece el deseo.
El miedo al compromiso, la inseguridad de lo que quieren, la insatisfacción permanente, son sólo algunas de las características que cada vez más definen a los hombres de hoy. El mujeriego es abusivo siempre psicológicamente y a veces físicamente. Su condición narcisista y su condición aditiva al sexo opuesto le generan un impulso a estar siempre en busca de nuevos retos que satisfagan su ego. Pueden ser personas buenas siempre y cuando no te envuelvas sentimentalmente con ellos. Si te envuelves con un hombre así comienza tu pesadilla después de varios meses y si continúas con él crearás tu propia prisión. El mujeriego al final sufre. Tarde o temprano termina siempre solo.